Miedo

20.07.2018 00:11

Un día, después de pasar mucho tiempo atrapada en un agujero, decidí que yo era la única persona capaz de cambiar mi situación, yo era, a la vez, mi salvavidas y mi enemiga. Creo que me ha llevado años entenderme y eso que nunca he dejado de intentarlo. Muchas veces nos empeñamos en conocer a gente y no nos damos cuenta de que lo primero es conocerse a uno mismo, si ni tú sabes lo que quieres, si ni tú comprendes por qué te sientes triste o por qué te sientes feliz, es imposible que puedas conocer a otra persona.

Yo, tras 24 años y unos meses muy desastrosos me he conocido un poco mejor, he aprendido a contestar mis propias preguntas y me he dado cuenta de que yo soy la persona que más daño me hace. Es difícil enfrentarte a tus miedos cuando ni si quiera los tienes localizados, cuando no entiendes tus propios problemas. Siempre he sido un poco insegura, siempre he pensado que no era suficiente, que podía un poquito más y entonces, otro poquito más y otro y otro y quizás llega un punto en el que ya no podía un poquito más. Ponerse metas es importante, pero lo es aún más saber hasta dónde podemos llegar, cuándo es suficiente y cuándo podemos intentarlo una vez más. El miedo, ese miedo a fracasar que a veces nos come desde dentro, el miedo a no ser suficiente, a no dar lo que esperan de ti, a no comportarte como otros quieren, a no ser capaz.

Siempre he tenido miedo de algo, miedo de no elegir bien, de no tomar la decisión correcta, de que me juzguen, de perder a alguien, de tener enfrentamientos… Todos tenemos nuestros miedos, pero no podemos dejar que se apoderen de nosotros. La verdad es que desde pequeña siempre he sido muy independiente, muy impulsiva y muy nerviosa y así me fue, tomando decisiones con 17 años como si supiera algo de la vida. Pero no tiene más, no podemos estar siempre dándole vueltas a si nos arrepentimos de las elecciones que hemos tomado o no, en ese momento era lo que queríamos y eso tiene que ser suficiente. El problema del miedo es que te paraliza, no te deja pensar más allá de aquello que te perturba, sin embargo, el miedo nos mantiene alerta y hay que utilizar eso a nuestro favor.

Creo que todos los inconvenientes que pueden surgirnos pueden solucionarse siendo valientes, echándole valor, hablando las cosas y explicando por qué no estamos conformes con ellas, sin callarnos, sin guardarnos dentro lo que pensamos, siendo libres de decir lo que tenemos que decir. El problema no es el miedo, es la gestión que cada uno hacemos de él, cómo respondemos, cómo lo mitigamos y cómo lo manejamos. Así que bueno, si alguna vez sientes que el miedo se apodera de ti localiza su raíz y sácalo, no le dejes comerte por dentro.

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