Despedidas con fecha de caducidad

26.12.2013 10:48

Cuando alguien se va deja ese típico sabor amargo de despedida. El caso es que hay muchos tipos de idas, quien se va para volver el fin de semana, quien se va para volver el mes siguiente, quien se va para volver el año que viene y quien se va para no volver... 

Parece que cada uno deja un vacío a su manera, pero desde luego no hay peor despedida que el hasta siempre. Te paras a pensar y desde que naciste mucha gente ha entrado y salido de tu vida, a veces incluso sin darte cuenta. Amigos que dejaron de serlo, compañeros de otras ciudades... Todos dejan un pequeño vacío, a veces casi imperceptible. El problema es en esos días en los que te das cuenta de a cuánta gente echas de menos y no tienes más remedio que sentirte solo, aunque no lo estás, porque algo que siempre queda es casa. Sí, casa. Porque desde pequeños le damos el valor que tiene. Jugábamos al pilla pilla y siempre estaba casa, el lugar ese extremadamente seguro donde ya no valía que te cogieran. 

Cuando creces y te vas a estudiar lejos no importa las fiestas que te montes, las borracheras que pilles sin consecuencias, no importa lo bien que te lo estés pasando disfrutando tu gran vida universitaria, siempre echarás de menos casa. 

Pero, ¿qué es casa? Casa no es cuatro paredes y un suelo lleno de muebles. Por supuesto, casa es mucho más. Casa es donde refugiarse cuando todo va mal, donde esconderte de los problemas, donde sentarte una tarde de domingo en el sofá a ver una película (o dos, o tres, o cinco) es de todo menos tiempo perdido. Casa es un lugar al que siempre se puede volver, no importan los éxitos o los fracasos que hayas tenido, es un lugar donde todo sigue igual en tu ausencia, porque pase lo que pase, vuelvas cuando vuelvas, tu casa siempre estará esperándote a ti. Porque casa es eso y mucho más, es tu madre preparándote un buen plato de cocido en pleno agosto, tu padre diciéndote que esa falda es demasiado corta y tu hermano tirándote del pelo aunque tenga 30 años ya. Casa son todos los que están cuando vuelves al sitio de donde viniste, por eso es volver después de mucho tiempo, salir de fiesta con tus amigos a los que llevas meses/años sin ver y acostarte a las tantas de la mañana sabiendo que cuando te levantes tendrás tu plato en la mesa, de guisado, eso está claro, pero qué más se puede pedir. 

Y es que bueno, casa será siempre un buen sitio para esconderse.